En Argentina, el aumento sostenido en el consumo de carne fresca porcina, y la inversión de más de 2.600 millones de dólares durante los últimos años, puso al alcance de los productores tecnología de primer nivel tanto en instalaciones, equipamiento, genética, como en profesionales.
Sumado a ello, Argentina cuenta con buenos campos, gran disponibilidad de materias primas (como maíz y soja, que constituyen el 70% del costo en la producción del cerdo), agua y alto status sanitario.
Sin embargo son pocos los productores que pueden alcanzar los niveles necesarios de eficiencia y rentabilidad.
Pero, ¿por qué?
Existen una serie de factores que repercuten y perjudican toda la cadena de producción porcina:
- Alto costo de inversión inicial;
- Alto costo de producción por falta de tecnificación en la granja;
- Falta de recursos humanos calificado para el ciclo completo de producción;
- Muchos actores intermediarios que provocan distorsión en los precios que llegan al consumidor.
Proponemos un sistema eficiente de integración entre productores, capaz de maximizar la inversión y optimizar todos los recursos productivos. Es decir, un Sistema de integración horizontal.
Integrarnos como productores, donde cada uno de nosotros pueda desarrollarse con eficiencia y profesionalismo en alguna de las etapas de la cadena de producción y de este modo poder crecer “tranquera adentro”. Pero también integrarnos para agregar valor a lo que producimos y de este modo evitar los intermediarios al poder llegar con el producto directo a la góndol, provocando un impacto social positivo.
Los beneficios son para todos:
- Mejoramos la eficiencia y rentabilidad;
- Mejoramos los precios al consumidor;
- Controlamos y mejoramos la calidad del producto;
- Y lo más importante, mantenemos al productor en su granja.
Los beneficios también son para el ambiente, ya que una mayor eficiencia y tecnificación, repercute en menores desechos y mayor aprovechamiento de los recursos.
¿Por qué integrarse horizontalmente?
En una integración vertical, los esfuerzos y las ganancias no se separan de manera equitativa. Mientras que la integración horizontal redunda en beneficios para todos.
Si no buscamos una alternativa, a pesar de la enorme inversión en el sector en los últimos años, van a haber muchos productores pequeños y medianos que se van a quedar fuera del sistema, y sólo se van a ver favorecidas las grandes industrias.
Argentina tiene todo para convertirse en una potencia en la producción porcina. Pero es sólo a través de la integración entre los productores y con el acompañamiento permanente del Estado que lo podremos lograr!